2010/02/28

SONIA SGAMBATTI

CUATRO VECES SONIA


No importa el paso del tiempo, puede ser un mes, un año, cinco o diez. Siempre que uno habla con ella sobre los principales temas que han delineado su vida: el poder, la lucha por cambiar la legislación venezolana en la búsqueda de defender los derechos de la mujer, o su gran pasión por las artes y la creatividad, ella sigue inmutable, con los tacones bien puestos y firme en sus convicciones. 

En un país donde todo cambia, a veces a una velocidad vertiginosa conseguir a alguien como Sonia Sgambatti, puede ser sorprendente. Abogada, doctora en derecho, senadora, profesora de la Universidad Central de Venezuela desde 1975, magistrado suplente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura, miembro de la Comisión Bicameral para los Derechos de la Mujer del Congreso de la República, delegada permanente ante la Organización de Estados Americanos en la Comisión Interamericana Contra el abuso de las Drogas.  Finalmente Sonía Sgambatti llegó a la vicepresidencia de Acción Democrática, posición que pasó sin pena ni gloria, en un partido totalmente gobernado por los hombres. Prácticamente se vio obligada, aunque se podría decir que indirectamente, a renunciar.

Esa misma mujer ha escrito un sin fin de artículos y de libros en los que sus conocimientos de las Leyes toman forma en el lenguaje adecuado para llegar a manos de quienes deben saber cuales son sus deberes, sus derechos y los grandes retos a los que hay que hacer frente en la vida. Uno de sus más importantes libros escritos con ese objetivo es Cuatro veces Corintia, el cual subtitula como “elogio a la mujer”.

EL ORIGEN DE UNA HISTORIA

“Corintia, colegiala soñadora y de una vivaz inteligencia, un día fue a visitar el Museo de Ciencias Naturales. Allí fue poderosamente impresionada por el Tigre “Dientes de Sable”, un ejemplar conservado en perfecto estado porque, de acuerdo a lo que decía la leyenda, había caído en una trampa natural de aceite mineral y había quedado intacto a través del tiempo.

Quería olvidar la jornada matinal de la escuela. En la clase los chicos se atropellaron en la fuga con emoción de bengalas irritadas en las manos y furtivos chisporroteos en las miradas del disgusto. César casi la hizo llorar al decirle que las chicas eran inferiores y que seguirían siéndolo así hasta el fin de los días”.

-       ¿Dónde comienza todo?
-       Nací en Barquisimeto, estado Lara. Somos siete hermanos. De un hogar cohesionado. Padre y madre, pero mi madre siempre muy inquieta repetía “usted tiene que prepararse, usted tiene que capacitarse, tiene que ser una profesional para que el día de mañana tenga un piso”. Éramos tres hembras, las otras no se graduaron. Yo era muy buena estudiante de 19 y 20.  Realmente me gustaba estudiar. Era inquieta. En bachillerato creamos un ateneo, los libros, la biblioteca.
-       ¿Y la participación en la política?
-       Comenzamos todo un grupo clandestino inclusive en las casas.  Tirábamos panfletos porque estábamos en contra de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Era una situación tan difícil que tenía el país. No había democracia, respeto a los derechos humanos. No había nada sino sencillamente un gobierno militarista y eso hizo que nosotros nos preparáramos para la lucha. Había un momento determinado en el liceo Lisandro Alvarado en que arrancamos con una huelga de protesta a la situación política del país.  En respeto a las autoridades lo que hacen es expulsarnos del liceo.
- Familiarmente ¿Cuál fue la reacción?
- Mi familia estaba en contra de esa situación tan es así que mamá siempre me decía, hija cuidado, es un riesgo, qué va a decir su papá. El es capaz de hacer cualquier cosa, en fin, de sancionarla, de castigarla. Una de las noches después de la expulsión y después de la huelga que hicimos contra Pérez Jiménez, empezaron a allanar. Los muchachos eran bastantes como 48 y sólo 2 mujeres las que teníamos esas inquietudes. El allanamiento fue a media cuadra de mi casa, en la de uno de los muchachos que intervino en esa huelga. Llegaron y tocaron nuestras ventanas y gritaron “cuidado, vienen a allanar la casa, cuidado con Sonia Sgambatti, prepárense”. Aquello fue una revolución. Yo tenía algunos panfletos porque no había podido sacarlos. No encontrábamos que hacer de la desesperación. Sin embargo no llegaron a allanar la casa.
-       ¿Y después?
-       Hablamos con Monseñor Benítez, para tratar que éste influyera un poco en la seguridad nacional o en la situación de Lara, porque él era alguien respetado. Sencillamente lo que quería mi familia era sacarme de Barquisimeto y evitar una situación grave políticamente hablando, de privación de libertad o de allanamiento.
-       ¿Qué sucede, lo logran?
-       Me vengo a Caracas intentando entrar en algún liceo, pero todo aquí estaba en el caos.  Me tratan de meter en el Liceo Aplicación. Fuimos a hablar con un coronel que era primo nuestro, primo hermano de mamá y que era director de gabinete del Ministerio de la Defensa, para que me permitiera llegar a su casa. Lo más importante era no perder el tiempo por que ellos mismos le dijeron a mamá, es demasiado, ella es muy buena estudiante no puede ser que se le frustre su carrera. Entonces con sorpresa, con profundo dolor lo digo hoy en día en la distancia, le dijeron que no.  “Si la dejamos aquí podemos quebrantar nuestra relación con el gobierno, lograr una ruptura”. Claro, el coronel aspiraba ser general. “¿Cómo podría explicar que tengo en mi casa a una que se alza en contra de Pérez Jiménez?” Salimos de allá derrotadas.  Recuerdo que yo salí con las lágrimas en los ojos buscando un sitio donde quedarme.
-       ¿Se arrepintió en ese momento de lo que había hecho?
-       No me podía arrepentir. Yo me sentía heroína.  Me sentía feliz, distinta.
-       ¿Y cuál fue la reacción de su mamá?
-       Mi mamá me hablaba de las represalias contra la familia, que mi papá me iba a poner a vender empanadas, a hacer cualquier quehacer. “Ahora si es verdad que esto se acabó”, decía. Yo rechazaba todos esos pensamientos. Yo sentía dentro de mí toda una combustión. Yo me decía, es que no puede ser, yo quiero seguir adelante. Yo quiero estudiar, me quiero graduar. No puedo seguir esta situación, incómoda, difícil del país donde hay un dictador, como Pérez Jiménez, donde hay presos políticos, donde hay desaparecidos.
-       Estaba todo a riesgo, no eran solamente los estudios…
-       Al día siguiente de caer Pérez Jiménez tomamos vía Barquisimeto mi madre y yo, para reincorporarnos a la familia.  Ella había venido para estar conmigo, era muy solidaria. Cuando llegué a Barquisimeto fui al liceo. Me recibieron los compañeros y compañeras, incluso los profesores con una gran solidaridad.  Me sentía orgullosa. Me tomaban entrevistas para la radio, entonces yo explicaba las cosas.  Nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestros sueños. Escribía en el periódico del liceo. Había una participación directa.
-       ¿Cómo se sentía?
-       Me sentía una heroína, había contribuido eficazmente con un granito de arena a modificar la situación del país. Íbamos a tener una Venezuela distinta donde se respetaban las libertades, donde cupiésemos todos, donde la mujer coadyuvara.
-       ¿En medio de esas inquietudes, ya tenía claro que quería estudiar derecho?
-       Yo siempre dije quiero ser abogada. Yo quiero transformar toda esa situación que veo a mí alrededor. Mi padre tenía una estructura cerrada como cualquier padre venezolano que se opuso totalmente a esas inquietudes políticas y me cuestionaba severamente y me decía sencillamente tu destino es casarte y tener hijos.  Dije que yo quería trabajar, pero no podía trabajar en nada si no haciendo empanadas. ¡Eso era lo máximo! Pero confieso que no me importaba, yo iba hacia delante. Cuando me vine mamá dijo, “tenemos que mudarnos todos. No la podemos dejar sola, esa es una muchacha inquieta que se nos puede ir de las manos”.

CAMINO A CARACAS

“Por un serpentino sendero que acercaba el bosquejo de la escuela, marchaba toda la muchachera, liderizados por Corintia que, sublime creadora de mundos sutiles, obtenía gananciosa el derecho de mando que por prestigiada imaginera le correspondía. Los compañeros la miraban en su autorizada actitud fantástica y veían en ella la maravillosa comunicación, el puente fabuloso con el mundo de los sueños. Parecía volar y ellos la veían así, en ese universo alucinante donde el hecho imaginado regresa sorprendido de habitual circunstancia fecundizante que impresiona imperecedera huella en los espíritus sensibles”

-       Por su parte ya era una decisión tomada…
-       En efecto. Me vine a la Universidad Central y me inscribí en la Escuela de Derecho. Me vengo yo primero, después de determinado tiempo logra mudarse toda la familia para Caracas. En ese momento si la mujer se quería graduar de abogado era simplemente para ejercer como juez de menores o como procurador de menores. Me enfrentaba con los profesores en el sentido jurídico, en el sentido más pedagógico de la palabra.  ¿Por qué tenía que ser así la situación de la mujer?  ¿Por qué cuando nos daban las clases del Código Civil tenía que ser así? 

En esta oportunidad la causa del viaje a Caracas estaba más clara, por lo tanto se realizó sin atropellos, ni angustias. Al contrario, se abría una puerta que se convertiría en la gran oportunidad, no sólo para obtener la formación universitaria que Sonia tenía cada vez más claro que deseaba obtener, sino para hacer su incursión en una lucha por defender los derechos de una mujer discriminada legalmente.

-       Es que justamente en el derecho, es donde existen las mayores posibilidades de ver el tema discriminatorio…
-       Ya avanzado el estudio había una gran contradicción. Los profesores insistían que la mujer estaba prácticamente en condiciones de minoridad y la mujer tenía que seguir al marido donde quiera que sea la residencia. La mujer no podía administrar los bienes de la   sociedad conyugal, etc.  Yo criticaba, cuestionaba, me revelaba, me sentía impotente por ello.
-       ¿Y los profesores qué decían?
-       Que no me esperara cambios, que eso era así porque era sencillamente así. Que si yo quería ser abogada tenía que entender esa situación y me revelaba y por supuesto buscaba literatura y buscaba argumentaciones.  Era una lectora ávida en esta materia y por eso hoy en día siento que esta materia del genero la conozco.
-       ¿Entre tanto, qué ocurría con la política?
-       Me casé estudiando el primer año de la carrera y tuve a mi hijo en el segundo año. Eso hizo que no incursionara nuevamente en la política. Tenía el doble rol de estudiar, de prepararme muy bien, pero también el de esposa y madre. Una vez que salgo de la carrera y ya mi hijo está más grande, entro dentro de la administración de justicia. En 1964 consigo la posición de juez en Maracaibo. Vuelco mis deseos y mis apetencias por hacer cosas dentro del poder judicial, por cambiar normas, por conquistar posiciones, porque la mujer sea respetada.
-       ¿Cómo se inicia esa participación, en los movimientos para defender los derechos de la mujer?
-       Con el tiempo me vine a Caracas y solicité cambio porque tenía a mi hijo y a toda mi familia aquí. Hago el trabajo unas veces de defensor y otra de juez. Se crea la Federación Venezolana de Abogadas conformada por un grupo de mujeres. En ese momento estaba a la cabeza Luisa Amelia Pérez Perozo. Siempre escribíamos en los medios de comunicación, dábamos entrevistas, conferencias, hacíamos foros. Nos multiplicamos para poder llegarle a la gente, al colectivo y a la ciudadanía. Teníamos que ser ciudadanas de primer orden y ciudadanas de primera.
-       ¿Vio su papá, cómo su hija no cesaba de participar en las actividades que consideraba importantes para su desarrollo y el de las demás mujeres?
-       Mi papá muere cuando recién me cambian hacia Caracas. Un buen día yo estoy en los tribunales y me llama mi asistente y me dice “su papá está grave”. Yo recuerdo que dejé todo lo que tenía, todo lo que estaba haciendo. Voy hasta el estacionamiento, agarro el carro como una loca y llego a mi casa. Mi esposo me dice: ya se lo llevaron para El Clínico, me voy hacia allá y cual es mi impacto, mi asombro, mi tristeza, mi impotencia, que cuando llego me conducen donde esta él en una camilla y veo que tiene encima una sábana blanca.  Yo sentí que se me salió el corazón. Yo sentí el impacto profundo de la muerte.
-       ¿Y su mamá, quien sin duda fue una de sus principales seguidoras, cómo asume sus logros?
-       Yo tenía el bautizo de un libro en la Universidad Central, a ella siempre le gustaba ir a esas cosas y yo le digo “pero bueno mamá para qué vas a ir si ya sabes cuales son mis pensamientos y mis inquietudes” y ella me contesta, “hija es que a mi me gusta como usted habla, como es oradora.  A pesar de que yo conozco su forma de decirlo siempre me entusiasma.  Yo quiero estar con usted y además”, nunca se me olvidaran esas palabras,  “yo tengo siete hijos pero la que me ha llenado de orgullo y de satisfacción plena es usted”.


ENTRE UN IR Y VENIR

“En el parquecito que alegraba la salida ilustrada, Corintia sonrió una subrayada lejanía al compendiar el triunfo de sus fugas historiales desde su visita al Museo. Vio como los muchachos se alborotaban a su lado en adecuación desordenada por atender el timbrazo que decretaba el fin de la jornada de clases. No pudo evitar el impelente vórtice de la retirada, aun y cuando ya la ganaba la nostalgia presagiante que compara la fachada realizada del colegio con la estampa imaginada de la escuelita en la colina, la cual aun no terminaba de secarse el barniz fabuloso de su último instante fantasticado”

-       Son muchas las experiencias acumuladas.
-       Estuve después que egresé de la Universidad Central por largos años en la administración de justicia. Estuve en el Tribunal Supremo de Justicia y en el Consejo de la Judicatura. Después estuve de vice ministra de justicia y de ministra encargada. Posteriormente al salir de esas posiciones estuve en el Senado de la Republica. Estando allí fui como representante en la Organización de Estados Americanos (OEA) en la Comisión Jurídica y Social de la mujer para una lucha en contra de la droga, situación y flagelo en contra de la familia y fundamentalmente de los adolescentes. Evitar ese flagelo, el consumo, el tráfico, ese comercio ilegitimo, las mafias que se conforman, es algo verdaderamente importante.

La lucha de Sonia Sgambatti apenas comenzaba. Su mirada se pierde en un torbellino de recuerdos que nos anuncian los caminos transitados. Pocas mujeres han podido alcanzar el éxito en su profesión, de la forma constante en que ella lo ha hecho. Caracterizada siempre por un ir y venir que ha significado el tránsito por los puestos más importantes que ofrece el poder judicial a sus más destacados profesionales.

-       ¿Cuál fue su principal tarea en estos cargos?
-       Cuando estaba de juez en este mundo del sistema judicial, hice cosas que me llenan de satisfacción con una ONG que tenía Pedro Liendo Coll.  Llevamos una campaña a nivel de las cárceles venezolanas iniciando en ese entonces desde la Cárcel Modelo, charlas, conferencias, concienciando a los procesados y penados que no era un momento oportuno de tener hijos, de embarazar a sus mujeres. Ellos lo hacían para que la mujer no los dejara, para que no los abandonara si no que viviera con ellos después de largas reclusiones. Tratar de romper ese paradigma fue un arduo trabajo. En aquel momento se creía que el preso era preso y su apellido simplemente era candado y no se le daba nada más que la alimentación diaria. No había plan de rehabilitación, de reinserción social. Logré a través del Colegio Universitario de Caracas y después a través de la Universidad Simón Rodríguez que se designaran facilitadores para comenzar un centro piloto en el internado judicial de El Junquito donde se iniciaron las clases. Empezar a formar los más jóvenes, a darles herramientas y eso fue muy importante.
-       ¿Cuál fue la reacción obtenida por parte de los presos?
-       Se sentían tratados como ciudadanos como seres humanos plenos que podían tener un oficio definido y no tener que estar éste malandreando, para adquirir sus necesidades.  Se logra que en el internado judicial de La Planta que funciona como centro piloto estuviera el Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios que en 1992 fue abierto con profesores integrales de jerarquía y altura.
-       Cuando se inicia el proyecto, ¿Usted estaba segura de que podría hacerlo una realidad, tratándose de un área tan difícil?
-        Claro, el objetivo era darles todo para lograr que se prepararan, que se capacitaran para poder conseguir un trabajo y reinsertarse en la sociedad. Yo me sentía orgullosa cuando en el rectorado de la Universidad Simón Rodríguez se graduó la primera promoción. Todavía recuerdo ese momento feliz para mí porque nadie creía que eso se iba a dar. Yo me siento feliz de haber sido pionera de tantas cosas que parecen mentira que se hayan logrado a pesar de las dificultades y de la resistencia que se puede encontrar en cosas de esta naturaleza. Fueron grandes cambios, grandes hechos que llenan de satisfacción.


LA MUJER, SIEMPRE LA MUJER.

“Los hechos se sucedían como en diferentes fuentes de la aguada colorida de los sueños, y los muchachos, como aguateros de otros tiempos, llevaban sus cántaros a la fuente para embriagarse de la sabiduría necesaria sin romper el cántaro que Corintia les sabía llenar para mantenerlos en el centro de su creación. Todos se sentían atrapados en aquella extraña irrealidad. Algo los llevaba y traía, los impelía y succionaba como en un doble juego de fuerzas que los mantenía girando en un círculo, sin poder alejarse nunca de la idea de que, en cualquier modo, vivían realmente porque algún otro se encargaba de mantenerlos en su sueño, sin poder definir si ese otro, que permanecía en el centro del círculo, era Corintia u otra persona a través de ella”.

-       ¿Cómo se marca la diferencia?
-       Yo no sé si decir que tengo un carácter callado, pero si muy firme. Yo no sé si decir apacible, pero si con mucha fortaleza.  Nunca he querido ubicarme en lo común. Siempre quiero modificar, romper estigmas.

Con un carácter que ella define sin duda alguna como firme, encontramos a una mujer que se sale de lo común y ella lo tiene claro. Así como lucha por restituirle a los presos su dignidad, se empeña en que la mujer no puede ser tratada como un ser disminuido o incapacitado. Decide romper esquemas en nombre de todas y se enfrenta a la tarea más difícil modificar las leyes que la perjudican.

-       ¿Cómo?
-       Cuando me graduó lo primero que hago es tratar de canalizar esas inquietudes y tratar de lograr un cambio en la legislación venezolana para lograr que la mujer saltara a la posición de equilibrio y jerarquía que le corresponde en la sociedad. Creamos la Federación Venezolana de Abogadas en 1968. Hice el himno de esa Federación. Comenzó una intensa campaña desde los medios, visitas conferencias en todos lados para tratar de explicar y sensibilizar a la opinión publica de cuan difícil era la situación de la mujer. Ella tenía un status minusválido a pesar de ser capaz.
-       ¿Dónde y cómo empezó esa disminución?
-          Yo hablaría de una primera etapa como la prehistoria. Donde la mujer es una reproductora de la especie. Disfrute carnal, a veces, pensando siempre en el hombre, que sin ella no sobreviviría. Después es considerada un ser imperfecto en Roma, cuna de nuestra civilización y de nuestro derecho. En Atenas, sólo es la gestadora de soldados. En Irán sólo es reconocida para disfrute de la carne. En la India  dominada por el marido y una vez muerto éste, pasaba al imperio de los hijos. En China al nacer la enterraban viva porque era hembra. La iglesia consideró que no tenía alma.
-          ¿Y desde lo legal?
-          Si nos situamos en uno de los códigos de mayor relevancia del mundo occidental como el Código Napoleónico, a pesar de la mujer haber querido tener acceso a la educación, no podía, porque éste signa su postura como si fuera la simbología de la costilla. En el matrimonio la mujer es secundaria ya que deberá tener el mismo nombre, la misma nacionalidad y domicilio del marido.
-          ¿Y después?
-          Venezuela llega al Siglo XXI. Accede como ciudadano político. No logra ser elegida y logra elegir. Comienza una lucha por sensibilizar y crear conciencia sobre ella como sujeto activo. Logramos modificar el código civil, su reforma es un hito en nuestra historia, la mujer estaba obligada a seguir el marido y si se negaba se le seguía un juicio.  Perderlo significaba perder a los hijos e inclusive los bienes de la sociedad conyugal. Se modifica lo relacionado con el nombre, ella podrá tenerlo si lo desea voluntariamente, ya no hay la imposición jurídica en lo relacionado a los hijos. La patria potestad era del padre, pero a pesar de nuestra Constitución ser igualitaria se contraría cuando le permite al hombre transmitir la nacionalidad a la extranjera que se case con él, pero no le permite la mujer venezolana que transmita su nacionalidad al extranjero que se case con ella.
-          ¿Qué otros aspectos son tomados en cuenta para los cambios que se logran con esa  reforma del Código Civil en 1982?
-          Que la mujer no podía coadministrar los bienes de la sociedad conyugal así ella trabajara. No tenía derecho a la patria potestad de los hijos, si no solo al orden domestico. Los hijos eran clasificados, estigmatizados como hijo natural, hijo adulterino, hijo sacrílego. Se cambió todo eso para que ellos simplemente fueran hijos.
-          ¿Qué se siente cuando se logra algo tan importante, que además beneficiaría no sólo a la mujer sino a la sociedad en pleno?
-          Yo me sentí realmente plena, feliz, se logró el cambio total y fue por supuesto, la gran conquista de la familia venezolana por eso yo hice un libro que se llama “La familia y la legislación venezolana” que pretende dar a conocer todo la legislación relacionada con esta materia para tratar de consolidarla.
-       Los horizontes se hacen pequeños para una lucha como ésta.
-       Cuando estuve en las Naciones Unidas, llevé mi voz ante un organismo internacional para intentar la transformación de nuestras leyes, porque el hombre podía matar a su mujer cuando sentía que su honor había sido mancillado. Al legislador no le importaba dejar que mataran a un ser humano, unos hijos huérfanos, un hogar ensangrentado, lo que importaba era el honor del hombre. A la mujer si se le castigaba en la situación a la inversa. Pero hubo denuncias más graves,  como las mujeres que les mutilaban el clítoris, que aunque se hacía por motivos religiosos en el fondo era para garantizarse su propiedad y que no tuviera placer con otros hombres.
-       Por otra parte, además del respeto, las consideraciones y el derecho que la mujer tiene como individuo, su participación en el desarrollo del país, es realmente importante.
-       La mujer es el 50% de la población de Venezuela, el 50% de votantes, activa, militante de las luchas, de las creencias, sin embargo, en la medida que pueden, nos dejan de lado. Y uno no quiere acceder al poder simplemente por ser mujer, sino porque tenemos una preparación importante. Hemos sido eficientes, donde quiera que hemos estado. Tenemos honestidad, transparencia.

UNA VISIÓN GLOBAL MAS QUE LOCAL

“En su elaborado ensueño, Corintia no tropezaba nunca con escaleras repentizadas en caracoles sin destino, ni los espacios ambientados se superponían atragantados como en una rapidísima secuencia de moviola, ni el tiempo se numeraba en rosados relojes chorreados en gabinetes multiformes. Todo acontecía con agilidad y gracia, pero preservando la lógica pascaliana de los hechos, incorporando los detalles inmediatos de lo real, enriquecidos con la magia caprichosa de que es capaz la imaginación cuando es orientada hacia un fin maravilloso por lo profundamente deseado”.

-       ¿Cuál es la proyección a nivel Latinoamericano?
-          El movimiento de la mujer a nivel latinoamericano es importante porque la mujer es luchadora, preparada y capaz. ¿Por qué no hay más mujeres detentando el poder si ellas van a ser factores multiplicadores? Por mezquindades, inconsistencias, distorsiones. No hay que olvidar que si una mujer se equivoca es un estigma y se pregona. La sanción para una mujer es muy fuerte, se le exige demasiado, al hombre no, si está bien, perfecto y si se equivoca, no pasó nada. Un fantasma machista recorre la cúpula del poder.

A Sonia le ha tocado en más de una oportunidad estar presente en diversos encuentros, en los cuales se han discutido los derechos de la mujer en diversos países de la región. Su voz se ha elevado siempre, argumentando y defendiendo la necesidad de legislar. Consciente a su vez que con leyes no basta, si éstas no se aplican y se defienden en su aplicación de las mal interpretaciones y los usos inadecuados de las cuales también son susceptibles.

-          ¿Qué elementos podrían considerarse determinantes en la forma en que la mujer y el hombre se relacionan con su entorno?
-          Ese idealismo profundo en términos generales que tiene la mujer no se compadece con el pragmatismo del hombre. El hombre que siempre ha detentado el poder sabe como hacerlo. Es decir, culturalmente hablando lo ha detentado bien, usa las herramientas y las grandes solidaridades. La mujer como no tiene una clara conciencia, su sensibilidad la lleva a veces a perder los objetivos claros. Hay mezquindades, infidencias, menos solidaridad. Todo eso incide directamente.
-          Aun cuando no está ejerciendo, se sabe que su lucha no cesa, en la actualidad usted continua defendiendo el derecho que tiene la mujer a participar más activamente en el desarrollo del país.
-          Tengo en el Tribunal Supremo de Justicia un recurso de nulidad para hacer frente a la gran injusticia de este Siglo XXI. Habíamos logrado que la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, apuntalara la cuota de participación en un 30 % para que la mujer venezolana participe directamente por cargos en todas las elecciones y para cualquiera de los cuerpos llámese parlamento, asambleas legislativas, concejos municipales, juntas parroquiales. Esta es una forma de garantizar que ella pudiera acceder a esos niveles. Este Consejo Electoral irrespetando en forma arbitraria desaplicó ese artículo para dejarnos de lado.
-          Concretamente ¿Qué solicita?
-          Demando la nulidad parcial de la Ley de Violencia contra la Mujer solicitando que beneficien a la mujer, que la apoyen si el hombre, su concubino o pareja la golpea. Que las autoridades puedan detenerlos in fraganti y puedan obligarlos a separarse del hogar común, impidiéndole que pueda hostigarla en su lugar de trabajo o de estudio. El Fiscal General pide que se anule y la Federación Nacional de Abogadas conmigo a la cabeza como presidenta y otras organizaciones, estamos pidiendo al tribunal supremo que se proteja a  la mujer y a su núcleo familiar, además, que es importante que se logre una pedagogía contra la violencia.
-          En la actualidad hay varias campañas a nivel mundial, que defienden los derechos de la mujer, en diversos ámbitos ¿Cómo está la situación en Venezuela?
-          Bueno, cual será mi sorpresa que el Banco Mundial me invita en un momento determinado para una video conferencia en distintos países y estaba la representante de INAMUJER, la representante del Instituto a nivel internacional y la representante de la Comisión Interamericana de Mujeres. La representante de INAMUJER comienza a hablar de la situación diciendo que ha logrado una red importante, que tiene un instituto con  avances.  Yo no pude más y cuando me tocó mi derecho a hablar refuté todo totalmente y dije que no era verdad, que era un momento de mucha debilidad y muy difícil para la mujer. Un momento de involución. Empecé a explicarles la situación por ejemplo de cuantos niños estaban en situación de abandono, que tenemos 50 mil niños y niñas prostituidos, la mujer venezolana prostituyéndose. Expliqué como era la situación de terrible y preocupante, como el Fiscal General pide que las únicas medidas cautelares para la mujer se  anulen. como el Consejo Nacional Electoral deroga leyes que eran nuestras grandes conquistas.
-          ¿A nivel institucional o de organización, como canaliza estas luchas que lleva adelante?
-          Esas luchas han seguido. Hoy en día soy presidenta de la Federación Venezolana de La Mujer. La Federación que logré fundar hace largos años en el inicio de mi carrera.
-          ¿Cree usted, que después de tantos años han alcanzado los objetivos que se había planteado en una lucha que a veces, pareciera más sencillo no darla, que continuarla adelante?
-            Era mucho más sencillo quedar con el status que teníamos. Es mucho más sencillo que el hombre se sintiera como el pater family, como el rey del hogar, el rey de la sociedad. Tanto es así que no hemos logrado romper la situación en el parlamento, en las leyes, hemos luchado pero no hemos hecho conquistas, eso es verdad. No hemos logrado la verdadera revolución a pesar de nuestras luchas. La estamos esperando.


EL PODER NO ES SOLO ESO

“Había llegado el día. La circunstanciada importancia del temario propuesto se anunciaba con mejorado afán de candilejas en los ojos del alba. La muchachería ilustrada y todos los animales avisados habían recogido el rumor trascendente para conformar un concurrido alborozo de oradores cada vez más documentados y expansivos. El búho ojeroso, por su parte, abandonó de nuevo su nocturno habitual, requerido por Corintia para el riguroso moderador de tan calificado foro.
Establecido el rayado blanco que debía reglar el discurso de los concertados, el búho referenció la presencia del tigre “connotado sabedor de las especificidades jurídicas”, del orejado conejo, de la hormiga, del lobo y de cuantos animales concurrieron. Sugirió que para mayor comprensión y por el interés del tema planteado, la discusión se realizara en el bosque de ese país, donde todos estaban viviendo”.

-          ¿Para qué se quiere el poder?
-          No queremos el poder por el poder mismo, como cualquier político podría pensar. Lo vemos en el sentido de una función noble. Vocación de servicio. Logro de bienestar colectivo. Pensar en los seres que nadie se ocupa y que quieren una respuesta importante a sus inquietudes.

El poder es algo que siempre llama la atención en quien no lo tiene, y si vamos mucho más allá, hay quienes dicen que el que lo tiene siempre quiere más. El problema, si es que se trata de un problema, no está en el poder en sí mismo, sino en quien lo ejerce. Sonia Sgambatti pone el tema en el tapete, porque pocas mujeres de nuestro país han tenido tantos puestos de poder como ella, una posición que además reconoce, extraña no tener.

-          ¿Los fines para el poder, marcan la diferencia?
-          Efectivamente. La mujer ha estado en las grandes luchas. Ha participado, la más de las veces silenciosamente.
-          Por eso hay mujeres que acceden al poder como amantes…
-          Yo siento que una de las cosas fundamentales es que cuando la gente percibe que ella está en segunda línea, el colectivo lo permite, porque allí está en la sombra. Es el hombre el que tiene derecho a tener esa mujer, pero lo que no perdona el pueblo es cuando ella se quiere crecer y ser ella, más que ese hombre, o estar en igualdad de condiciones, asumiendo un rol que ese pueblo no le va a perdonar porque ella lo ha obtenido en mala lid, porque lo ha obtenido utilizando sus atributos sexuales.
-          ¿Manuelita Sáenz se mantuvo a la sombra?
-          Eran épocas distintas y sin duda alguna el Libertador era el Libertador. Era el de la espada, el de la mente preclara y de ninguna manera se dejó subordinar por ella. El era el que mandaba y ella jamás se vio como una mujer que tuviera el dominio, que pudiera competir con él.
-          ¿El problema entonces, está en la competencia?
-          El problema está en la competencia porque cuando la mujer accede al poder por el arma del vientre, de la vagina, de los atributos físicos y logra llegar, no puede competir con él. La mujer para competir tiene que hacerlo con otras armas, con su inteligencia, sabiduría, dignidad, honestidad, capacidad, preparación, porque esas si son armas legítimas, que son respetadas. Cuando se llega al poder por la ventana oscura, se les ha cobrado muy fuerte.
-          Pero a Eva Perón el pueblo la quería…
-          Eva Perón fue distinta en el sentido siguiente, ella realizó una lucha social. Logra legitimar el estar al lado de su pareja a través del matrimonio. Por si o por no, es una cuestión que se legaliza. Se legitima el poder. Además hay una inteligencia que mantiene objetivos claros, objetivos sociales. Pero cuando el pueblo siente que esos objetivos son para su propio beneficio, enriquecimiento de su entorno, de su camarilla o de un escenario distinto, no hay la excelsa lucha por otras cosas.
-          Generalmente mientras esas mujeres tienen el poder se les respeta y se está al lado de ellas…
-          Estaban porque en un momento determinado cualquiera puede estar, pero siempre en estas cosas de malestar se ve como se mediatiza la situación para aceptar ciertas cosas y obtener ciertos beneficios, pero después no perdonan, como no perdonan las capas sociales.
-          Jugamos a una falsa moral…
-          Si, sin duda alguna es así.
-          ¿Y en cuanto a la proyección mundial?
-          La mujer tiene cada vez un espacio propio que va conquistando con rigor. En las primeras décadas de este nuevo milenio, no me cabe la menor duda que tendremos una mujer como Presidente de Venezuela. En el liderazgo mundial se toma una que otra simbología, pero cada vez hay un movimiento que la misma iglesia no puede desconocer.
-          ¿Por qué la iglesia?
-           La iglesia ha sido por excelencia muy de sombras, de hombres. machista, no le permite a las mujeres ser sacerdotes, una de las religiones admitió sacerdotisas y esa decisión fue todo un cisma. La mujer es utilizada para obras sociales como la Madre Teresa de Calcuta, pero no hay otras connotaciones como vemos aquí que hay sacerdotes, obispos, que toman una postura política de la vida, un rol importante, un espacio propio, sin embargo encontramos una Margareth Thacher que como Primer Ministro es la que más duró y un Major tambaleante, quedando demostrado que ella era mejor que él en la utilización de las herramientas.
-          ¿Qué se siente cuando se pierde el poder?
-          Comienzan las reflexiones. Yo estuve 20 años en el poder judicial, cinco como viceministro y uno se pregunta ¿Llegué hasta aquí? ¿Me debo enchinchorrar? Y a veces uno siente que se le cae el mundo encima, llena de sombras, de dudas. Pensando con la almohada, llena de libros, de ideales, uno piensa que hay que seguir en la lucha hasta la muerte.
-          ¿No estar como senadora es perder el poder?
-          Yo siento que sin duda alguna es perder una cuota fundamental del poder, porque el senado es el foro por excelencia. Estando allí uno puede empujar, arrimar, coadyuvar a una transformación de la ley que es la herramienta fundamental. Yo entregué el proyecto de Ley para el registro civil de las personas. Implica que toda persona para tener nombre y nacionalidad debe inscribirse en él. No tenemos ningún organismo que responda a esto tan importante, tenemos jefaturas civiles a nivel de los estados y no existe un organismo central. De esta forma erradicamos el libro obsoleto donde se escribe a mano y accedemos a la tecnología, agilizando el proceso. Estas son cosas que se dejan de lado, porque uno no está en el centro del poder para poder hacerlas realmente.
-          ¿Qué tiene que ver el poder con su ego?
-          ¡Dios mío! Yo diría que he anhelado el poder, no lo puedo negar, pero lo he anhelado en el sentido de servicio público, nunca he querido ejercer la profesión donde podría obtener prebendas o simplemente la cuestión material. No es ese mi ideal. Hoy en día sigo buscando el poder, pero ese poder para luchar en beneficio de la mujer y de la familia venezolana. He estado en los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, en beneficio de mi patria y fue un juramento que me hice desde la época de liceísta. Desde entonces no he podido dejar a un lado ese juramento. Yo estoy enamorada de mis luchas y mis creencias y lo expongo así en libros, canciones, poesías, etc.
-          ¿Se busca la trascendencia?
-          Yo pienso que se ha logrado mucho. Nosotros hoy en día somos seres que tenemos el reconocimiento del pueblo, hemos logrado transformar legislaciones…
-          Por favor no pluralice.
-          Bueno (Sonrisa, mirada inquisidora)  entonces sí, me siento orgullosa de mi lucha, he logrado demostrar ante la Corte Suprema que no solamente el hombre tiene honor y que el derecho a la vida vale mucho más hasta que el legislador antiguo, machista, estaba errado cuando legislaba solamente para ellos.
-          Y por supuesto el paso a la historia.
-          Uno se siente gratamente honrada, respetada, pero es hacer historia con logros y ejecuciones, día a día buscando lo que anhela Venezuela.

¿Y QUIEN DICE QUE UNA ABOGADA NO PUEDE SER ARTISTA?
“La lluvia se hacía cada vez más dominante, la voz más lejana, las imágenes inasibles y escurridizas como la presunción de un ratoncillo en fuga hacia su madriguera. Quizás en la trastienda de toda maravilla creativa la realidad queda excepcionalmente confundida en sueños, como una mezcla de cosas y palabras que están  y no están al mismo tiempo, una pasta acrisolada con los colores vivos de la vida y los tonos ilimitados de la fantasía”.

-       ¿Cómo se inicia esa incursión en el mundo de las letras?
-       Un día estoy viendo en mi casa el canal 5 que era la Televisora Nacional, dicen que se va a abrir un concurso para la mejor música y las mejores canciones.  ¿Y por qué no me meto a participar? Y cual es mi sorpresa que cuando veo el próximo programa que anuncian la ganadora, oigo mi nombre.  No lo podía creer. Usted tiene que venir a recoger el premio y entonces cual es mi sorpresa que está allí la Presidenta de la Federación Venezolana de Abogadas  quien me pide que haga el himno de la Federación.

Y he aquí que otro mundo habita en los espacios de esta mujer, inquieta, luchadora, que se define a sí misma como reservada, de carácter fuerte y de ideas fijas. No podemos decir en modo alguno que estamos haciendo un descubrimiento con el cual sorprenderemos a quienes nos rodean, porque Sonia Sgambatti es tan conocida como poeta y compositora, como lo es como abogada.

-       Además, un aspecto muy importante ha sido que sus letras van acompañadas con la música de reconocidos compositores…
-       Sí. Se comienzan a usar mis letras con la música de grandes compositores como Inocente Carreño, como el maestro Antonio Lauro. Son himnos de primera clase. Eso me dio estimulo para seguir haciendo canciones e himnos. Hoy en día me siento muy orgullosa.
-       ¿Y cómo se produce ese proceso creativo?
-       Yo tengo una gran sensibilidad, he escrito libros de poesía, entre otros uno que se llama “Otro Si” que es una palabra muy jurídica que el abogado pone al final de los documentos “Sí vale”. Otro libro se llama “Se que Existo” de poesía.
-       Sus publicaciones conocidas no sólo son de poesía o cuentos, existen también una serie de publicaciones que tienen que ver son su lucha en lo legal.
-       Logré escribir y publicar un libro que se llama “La Mujer” que causó una gran impacto, no solo se analiza la situación legal de la mujer si no que se analizan todos y cada uno de los instrumentos legales que estigmatizaron a la mujer para tratar de buscar el cambio.
-       Hay algunos que son prácticamente una guía para los nuevos profesionales.
-       Sí, Soy autora de los de cuatro grandes decálogos de la justicia que están conformados por el decálogo del juez, el decálogo del defensor público, el decálogo del abogado ineficiente y el decálogo del ministerio público. En esos decálogos recogí el pensamiento ético y los valores morales que debe poseer cualquier abogado.
-       ¿Y desde el punto de vista técnico?
-       Tengo otro libro premiado que se llama Medicina Legal.  Está muy bien abordado, es una obra de texto en la Universidad Central.
-       En los cuentos hay uno muy conocido, tanto por su contenido como por su presentación.
-       Si. Tengo cuentos como Cuatro veces Corintia porque me plantee que la gente no podía ir a un texto frío para ver cuales eran sus conquistas. Este es un cuento relacionado con la historia de la mujer, como se beneficia ella de esa reforma de las leyes. Ella visita un museo de ciencias naturales y se consigue con una replica de Tigre Dientes de Sable. En la historia cayó en una cueva de aceite natural y se conservó a través de los siglos por esa misma circunstancia y ella viéndolo se pregunta cómo era la familia en la antigüedad. Se hace un recorrido en la historia y se llega a Venezuela.  Así ella aparece en Los Caobos conversando con las mariposas, animales parlantes e inteligentes. Desde una lechuza pasando por el tigre hasta el león. donde todos conversaban de como se logró lo que es ahora la patria potestad, la administración de bienes, como son los hijos, como ya no son utilizados como era antes. Ahora la patria potestad es coadyuvada entre uno y otro. El hombre no puede utilizar los bienes para dejar a la mujer sin patrimonio, ambos tienen que coadministrar esos bienes de la sociedad conyugal.
-       ¿Y en los himnos de los cuales conversábamos al principio, hay publicaciones?
-       Soy autora de la mayor cantidad de himnos de Venezuela, himnos gremiales, desde el himno del juez, al de la Federación Internacional de Abogados, los himnos de los Colegios de Abogados de Lara, Miranda, y Portuguesa y de tantos himnos. El CONAC a través de la Fundación Vicente Emilio Sojo publicó un libro que se llama Colección de himnos y canciones sobre poemas de Sonia Sgambatti.
-       ¿Qué siente Sonia cuando escucha uno de esos himnos?
-       Me siento orgullosa cada vez que se inaugura el año judicial e interpretan el Himno del Juez. Creo mucho en la ética, en los valores éticos, en la moral, en fin tantas cosas que reafirman al ser humano.

En esa búsqueda permanente descubrimos a una mujer vital, que aun cuando se siente un poco atrapada por las circunstancias de un país cambiante, siente que aun le queda mucho por dar a los demás. Nadie mejor que ella puede describir sus objetivos, sus luchas, y una trayectoria que ha trazado de una forma muy particular “La conquista de ser y de estar entre las primeras ha sido muy importante, pues eso le da a uno una metodología. Me pongo metas, lo logro porque es un empeño, uno va como si fuese un misil que va en la línea de explotación. Ahí se prepara, claro, sin ruido, sin violencia, sin agresiones, al contrario con mucha sapiencia, con mucha sindéresis, con mucha sensibilidad. Afortunadamente uno tiene gran sensibilidad. Uno tiene alma de poeta”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me siento mur orgullosa de ser mujer, una idealista como usted, que se esfuerce por hacer cambios absolutos, a través de los años, es uno de los mejores logros que se puedan conocer a todo lo largo de la historia de Venezuela, simplicidad, humildad, honestidad, apenas la caracterizaría, me encanta este tema de la mujer, es ejemplar sus acciones, una luchadora de luchadoras, nadie es incapaz para lograr sueños e ideales, actualmente estudio Derecho, me falta solo 4 meses para graduarme, y usted es una motivación por excelencia, que conjuntamente con la periodista destacada por la publicación de este prestigioso artículo,dan a cantidades de mujeres la oportunidad de emprender cambios a favor de la sociedad Venezolana y porque no al mundo entero.